12/04/2018
IVY, o “Interreg Volunteer Youth”, es una iniciativa piloto que se enmarca en el Cuerpo Europeo de Solidaridad y que ha sido creada para ofrecer a los jóvenes europeos de entre 18 y 30 años la posibilidad de ser voluntarios en programas europeos de cooperación transfronterizos, transnacionales o interregionales. Su objetivo es involucrar a los jóvenes voluntarios en el apoyo, promoción y difusión de los logros de los programas y proyectos Interreg, así como en la promoción de la solidaridad y cooperación en todas las fronteras europeas.
POCTEFA está muy comprometido con esta iniciativa, sobre la que realizó un seminario online en colaboración con el programa Interreg SUDOE a principios de 2018. Desde finales de febrero, POCTEFA acoge en su plantilla a Katarzyna Stachyra, una voluntaria IVY procedente de Polonia que aporta una visión fresca y ofrece apoyo tanto en la gestión del programa como de los proyectos.
Para saber cómo es un voluntariado IVY no hay nada mejor que la experiencia de quien lo vive en primera persona, por lo que os traemos la primera parte de una serie de artículos sobre esta experiencia.
Los primeros pasos: Bienvenida a Jaca
Por Katarzyna Stachyra
– ¿Esquías? ¿No? ¿Y haces escalada? ¿Tampoco? ¿Qué estás haciendo en Jaca entonces? – Después de un mes, ya me acostumbré a este tipo de preguntas cada vez que conozco a alguien nuevo. Al principio fue bastante divertido, pero ahora me siento realmente motivada para finalmente tomar un curso de escalada en roca, como había planeado hacer desde hace mucho tiempo. No hay mejor lugar para eso que Jaca. Sí, Jaca. Una pequeña ciudad de montaña del norte de España, rodeada por los Pirineos, a apenas 30 km de la frontera francesa. Un lugar perfecto para la Secretaría Conjunta de POCTEFA, el programa Interreg de cooperación territorial entre España, Francia y Andorra para promover el desarrollo sostenible en el área fronteriza entre estos tres países.
Llegué a finales de febrero, huyendo del frío helador polaco y esperando ser recibida por el mítico sol español. ¡Nada más lejos de la verdad! Después de un mes, sigo luchando por sobrevivir en este lugar lluvioso («¡Pero hay 300 días soleados en un año en Jaca, de verdad!» – afirma todo el mundo). Aunque algunos primeros rayos de sol esperanzadores y primaverales van apareciendo día a día en el cielo.
Lo cierto es que Jaca es un lugar encantador. La gente es extremadamente hospitalaria y cálida, todos se conocen y todo el tiempo soy testigo de conexiones increíbles («¿Le conoces? ¡Pero es mi primo!» o «¿Fuiste de tapas con ella? ¡Es mi amiga, trabaja conmigo!»). Al pasear por las callejuelas medievales del casco antiguo con hermosas casas coloridas, veo gente saludando constantemente de esa manera española tan expresiva, llamando desde el otro lado de la calle, siempre con tiempo para una breve charla de camino al trabajo… Y las montañas. Están en todos lados. Asomando por la ventana de mi habitación, irguiéndose majestuosas delante de mis ojos mientras trabajo en la oficina, dominando la ciudad cubiertas con una blanca capa blanca de nieve.
Pero volvamos al trabajo. Aunque hasta ahora he participado en muchas iniciativas organizadas o financiadas por la Unión Europea, no conocía el Programa Interreg. Me sorprende cuán amplia es la red de organizaciones y cuántos proyectos innovadores se implementan a nivel transnacional y transfronterizo. ¡Y pensar que comenzó en los años 90! Ésta es precisamente la razón por la que nosotros, los voluntarios de Interreg, somos necesarios. Para ayudar a que la gente sepa cómo se utilizan los fondos de la UE y qué tipo de iniciativas están sucediendo en las regiones de toda Europa.
Trabajar para la Secretaría Conjunta de POCTEFA me ofrece la maravillosa oportunidad de observar cómo se gestionan los proyectos de la UE desde cero. Conocí docenas de proyectos y organizaciones que trabajan juntas para mejorar ciertos aspectos a ambos lados de la frontera. Un proyecto puede estar relacionado con el cambio climático, con el uso sostenible de los recursos naturales, aumento de las oportunidades de empleo, iniciar una conexión ferroviaria entre dos regiones, etc.
Uno de los proyectos interesantes que se implementaron con la ayuda de POCTEFA en su anterior periodo (2007-2013) fue el Hospital de la Cerdanya, situado en una zona montañosa aislada en la frontera entre Francia y España. Debido a esta ubicación, cada vez que había una emergencia, la gente de las aldeas cercanas tenía que recorrer docenas de kilómetros hasta las ciudades más grandes para obtener ayuda médica. Gracias al Hospital y la cooperación transfronteriza, las personas de ambos lados de la frontera tienen acceso rápido a los servicios médicos. No fue fácil, ya que había ciertos problemas legales que debían abordarse, como por ejemplo: si una mujer francesa daba a luz en este hospital, que está dentro del territorio español, ¿qué nacionalidad se le otorgará al niño?
Pero dejando atrás esos dilemas, continúo aprovechando al máximo mi experiencia y aprecio la oportunidad que obtuve. En esta experiencia, importa tanto como el aprendizaje profesional como el crecimiento personal. ¡Viva el voluntariado IVY!