13/12/2019

El Libro Blanco “Pau-Canfranc-Zaragoza” se presentó el miércoles 11 de diciembre por parte de las autoridades de Aragón y Nouvelle-Aquitaine, marcando un hito en el proyecto de reapertura de la línea ferroviaria. El esfuerzo forma parte del proyecto POCTEFA Canfraneus II.

El próximo mes de marzo se cumplirán cincuenta años en los que no ha circulado ningún tren entre Bedous (Pyrénées-Atlantiques) y Canfranc (Huesca). Sin embargo, la ambición de reabrir la línea transfronteriza entre las dos localidades pirenaicas, separadas por unos 33 kilómetros, está muy viva. Para defenderla, el miércoles se celebró una reunión en Accous, en el valle de Aspe, por invitación de los presidentes de la región de Nouvelle-Aquitaine y de la Comunidad Autónoma de Aragón.

En esta ocasión, Alain Rousset, Presidente del Consejo Regional de Nouvelle-Aquitaine, y José Luis Soro, Consejero de Vertebración Territorial del Gobierno de Aragón, presentaron un Libro Blanco, un documento político y técnico destinado a relanzar el impulso para completar el proyecto de reapertura de la línea. Destaca las oportunidades que esto ofrecería en términos de transporte de pasajeros y mercancías, medio ambiente, turismo y valorización del patrimonio.

Llevados a cabo en el marco del proyecto POCTEFA Canfraneus II, los estudios realizados concluyen que existe un potencial significativo para el transporte de parte de los 600.000 pasajeros al año que utilizan la carretera. Además se transportan dos millones de toneladas de mercancías al año, es decir, entre 160 y 220 camiones al día en la carretera entre Pau y Zaragoza, cruzando el Parc National des Pyrénées.

Tras el accidente del puente de L’Estanguet en 1970, la conexión ferroviaria transpirenaica nunca fue reestablecida.  Por el lado español, el tren sigue circulando por la línea Canfranc-Zaragoza, pero el antiguo túnel ferroviario de Somport, que conecta con Francia, permanece inutilizado en la actualidad. El proyecto de reapertura fue impulsado desde 2011 por el proyecto POCTEFA Canfraneus, que condujo a la reapertura en el lado francés del tramo entre Oloron y Bedous en 2016. Los estudios cofinanciados por el proyecto Canfraneus II sugieren que podría reabrirse en 2025 la línea, símbolo histórico de la cooperación transfronteriza en este territorio pirenaico.